martes, 19 de febrero de 2008


Para que el sol brille
(Dedicado a Sandro )

Enviado por: Caroyiader
Ingreso al museo:8 de Ago, 2003

Para que el sol brille cada día
necesito solo una entidad en la vida
las rosas que acompañan su días
la nostalgia que custodia los tiempos
las palabras que atesoran recuerdos
las canciones que avivan sentimientos
por que en mi vida el siempre estará
hasta el final de los tiempos

martes, 22 de enero de 2008

Mi vida fue una canción


Enviado por: Albert 41200
Ingreso al grupo: 23 de Agosto del 2003

Mi vida podría describirse con estas palabras de la canción de Sandro que estoy escuchando: *Este amor…es fuego abrasador y es manantial, es algo que se toma y que se da, sin exigir con inquietud descontrolada. Este amor, refugio de alegrías y dolor, es único en la historia del amor, porque es total…porque es final de mil historias* Y… si, así fue mi historia o mejor dicho la que creí era mi historia de amor con una mujer que creí tan especial pero que el tiempo me demostró que tenía otra cara y no la que yo vi fue como abrirle la puerta al diablo angelical cuando entro a mi vida. Cuando se fue me dejo un gusto a mujer en la boca y de esta manera me arranco la vida de un tirón, doy fe que fue de esta manera. Pero me prometí a mi mismo ya no vuelvo a llorar hasta que un día de lluvia ella llamó a mi puerta y me dijo: * Puedo pasar…afuera está lloviendo…* La deje pasar comprendí que amar a esa pequeña mujer era mi castigo y me escuche decir abrázame tan fuerte como quieras, de cualquier manera pero abrázame y así me jugué entero por su amor. Volví a sonreír y volvieron los días felices pero un día volvió a marcharse y el sol se quedo dormido nuevamente para mi de nada sirvieron los recuerdos porque ya no estabas conmigo entonces y entones me pregunte ¿a dónde va el amor? me pase la noche soñando despierto comprendiendo al fin que nuestro amor ya no podría renacer y eso le puede pasar a cualquiera. Ahora busco otra mujer para mi pobre corazón pero…esa mujer ¿en dónde estará?.

lunes, 7 de enero de 2008




Enviado por Aurora Luky
Ingreso al grupo: 06/01/2008

Sandro y la primera periodista

Hoy se reedita con gran facilidad viejas películas, discos y hasta reportajes, una ya no se sorprende. Y eso me sucedió hoy al pasar por un puesto de revistas vi reeditado un reportaje que le hice a Sandro en los años sesenta y por el que hoy, en el 2008, recibí un galardón especial por ser la primera mujer que entrevisto a Sandro en los años 60 yo era una joven periodista de la revista Nuevos jóvenes y me concedieron el enorme privilegio de poder pedirle a Sandro, por ese entonces estaba con los de fuego, que me proporcionara una nota.
Recuerdo aún aquel día, yo no lo conocía solo sabia que las chicas estaban enloquecidas por el, no tenía idea de donde encontrarlo, no sabia la dirección de su casa pero una amiga me recordó que actuaba con su grupo en Sábados circulares, entonces decidida lo espere a la salida del canal, era un alboroto de gente las chicas gritaban enloquecidas, entonces empujando con todas mis fuerzas logré acercarme y cuando lo vi casi caigo desmayada, lo primero que llamo mi atención fueron sus ojos, recuerdo que le estire la mano para entregarle mi tarjeta diciéndole que por favor me llamara que quería hacerle un reportaje. El sonrió y tomo mi tarjeta y la guardo. Luego me empujaron hacia atrás y ya fue imposible llegar hasta el. Pensé que jamás llamaría pero una semana después el teléfono sonó en la editorial y me confirmaron que Sandro me daría la entrevista pero tendría que ser en su Barrio, Valentín Alsina. Hasta allí fuimos con el fotógrafo recuerdo que era un día de invierno soleado,
pero lógicamente el frío se sentía. Tomamos la Avda. Sáenz y luego cruzamos el Puente General Uriburu y seguimos hasta Tuyutí, hicimos nueve cuadras hasta que llegamos 3016. Allí esta el esperándonos en la puerta. Bajamos del auto y lo saludamos. Nos dijo que nos quería mostrar su barrio.
-Allí a la vuelta hay un callejón- dijo, señalando en dirección a Paso de los Burgos y luego continúo, mientras
íbamos caminando en la dirección indicada. Así llegábamos al callejón y su entusiasmo se noto en sus ojos cuando relato:
-Aquí jugábamos a ser los malos de las películas tipo “rebelde sin causa,” allí detrás esta la Iglesia San Juan Bautista-dijo despreocupado.
Seguimos recorriendo el barrio nos mostró la biblioteca popular y nos dijo:
- Allí venía una vez a la semana a encontrarme con Safari, Verne, Robin Hood
Seguimos caminando y se detuvo frente a una escuela y luego dijo:
Esta la Escuela República de Brasil.
Y así seguimos durante gran parte del día, el fotógrafo le saco muchísimas fotos
lo acompañamos hasta la puerta de su casa sonriente nos extendió la mano
Luego partimos de nuevo hacia la editorial. Dos días después salía publicada la entrevista y las fotos. Como es de suponer se agoto rápidamente. De esta manera este fue el único testimonio de su vida y sus costumbres
Las fotos que nadie logro tener las teníamos nosotros. Cuando miro aquellas fotos aún recuerdo su
imágen y sobre todo su impactante mirada.




sábado, 1 de diciembre de 2007




Ingreso al grupo:19 de Nov, 2006
Nombre: Alexandra Prieto

¿Qué es un Sandro?

Un día de domingo por la tarde estábamos todos, léase abuelos, tíos, tías, primos, primas, amigos, vecinos, en la casa de mi abuela Angélica, como supondrán aún tenía pocos años, y allí fue cuando descubrí la foto de un muchacho en una revista, corrí al comedor con la revista en la mano y pregunte:
-¿Quién es?- levantando la revista
Mi mamá río y no respondió pero mi tía Quito dijo:
-Es Sandro-
-¿Qué es un Sandro?, dije
Todos rieron, entonces mi otra tía, Zulma, dijo:
-Un Sandro es un muchacho que canta y baila para que la gente se sienta feliz-
-Humm…, dijo mi primo, entonces hay muchos Sandros-
-No dije levantando la revista hay uno solo porque no todos son tan lindos-
-¡NENA!-, grito mamá, -desde cuando una chiquita habla de sea manera-. Me saco la revista y yo me pose a llorar.
Al domingo siguiente volvimos a la casa de la abuela. Ese día yo estaba en el patio jugando con mis primos y mi tía Quito me llamo me dijo al oído:
-Te traje un regalito, la foto de Sandro-, me entrego un rollito de papel con algo adentro lo mire y era la tapa de la revista, lo guarde y seguí jugando.
Cuando me fui a dormir aquella noche puse la tapa de la revista debajo de la almohada.
Creo que a partir de allí, por una especie de “extraño ósmosis” un Sandro se traspaso a mi cerebro y desde allí a mi corazón.
Con los años creo que eso también le sucedió a mi madre ya que ella nos acompañaba a los recitales y era la más entusiasta.
Hoy puedo decir que un Sandro es la persona que admiramos, es una pasión que nos atrapa, un ser que ya forma parte de nosotros mismos.











domingo, 3 de diciembre de 2006

Normanisy@yahoo.com.ar
Ingreso al museo:1 de Octubre del 2006
Grupo yahoo: Escritores Aficionados

Nos cuenta que...
Las chicas soñamos.

Todas las chicas soñamos con bellos cuentos de hadas,
y es por eso que esperamos un príncipe azul, con capa.
De encantadora mirada y sonrisa deslumbrante,
de esbelto y gallardo porte con un andar fascinante.

Todas las chicas soñamos que por amor nos rescate,
que su brioso caballo nos lleve a un castillo grande.
Que de la mano nos tome al pasear por los jardines,
que entre sus brazos nos bese en un momento sublime.

Todas las chicas soñamos al valiente caballero
como un ser indestructible, valeroso y compañero.
Que nos eleve a la gloria en una unión casi eterna,
donde todo es increíble... y ya no existan penas.

Comprobamos con tristeza que es tan solo una quimera,
solo humanos aspirantes se presentan a la prueba.
Las capas no están de moda y el azul es de hipotermia,
nadie aquí suda perfumes y el modelo es a medias.

Ya son lentos los caballos y los castillos lejanos,
los jardines son pequeños y los besos más mundanos.
Un valiente caballero, puede ser un gran suicida,
no hay ser indestructible, solo se juegan la vida.

Las garantías no existen, suele ser todo improbable,
no se si serán eternos los amores que aún nacen.
El desconsuelo y congoja son frecuentes hoy en día,
todas tenemos historias de tristezas y alegrías.

Para cosuelo de todas, enamorarse es supremo,
e idealizamos un hombre aunque no sea perfecto.
Tal vez el “amor sea ciego”, tal vez lo necesitamos...
tal vez el correspondido... sea el amor que esperamos.

martes, 28 de noviembre de 2006

Sandro, mi tía y yo

Auroradelmarazul@yahoo.com.ar
Ingreso al museo: 3 de Ocubre de 2005

Nos cuenta que...

Recuerdo que un día mi tía llegó cantando Rosa. Rosa y unas bolsas inmensas, inmediatamente se fue a su cuarto y luego se encerró en el baño.
Y desde allí grito:
: - nena, preparare que vamos a ver a Sandro.
Yo la quede mirando, sabía que a mi tía le gustaba
Sandro pero, no entendía a que se refería con aquello
de “preparate”.
A la hora más o menos, salió del baño y se volvió a su cuarto después, salio del cuarto y otra vez al baño.
Finalmente una mujer se paro delante de mí y luego dio una vuelta entera. Yo asustada no sabía quién era, cuando hablo supe que era ella, mi tía, estaba tan maquillada que no se distinguían sus facciones. Tenía un vestido corto, no recuerdo el color, pero se que estaba linda.
Horas más tarde estábamos a punto de salir y mi tía se paró de pronto en la puerta y corrió de nuevo a su cuarto y volvió besando algo que puso en la cartera y suspiro.
Yo no sabía a dónde íbamos, no le podía preguntar porque ella solo miraba la cartera y suspiraba.
Llegamos a un lugar donde había una cola largísima,
después entramos y nos sentamos en unas butacas negras
frente a una gran pantalla blanca.
Yo pregunte:
- Tía, ¿Dónde está Sandro?
Por supuesto, no contesto seguía suspirando ahora mirando la pantalla blanca. En ese momento se apagaron las luces y todos gritaron y yo me asuste otra vez.
De pronto en la pantalla empezaron a aparecer imágenes.
Mi tía suspiraba todo el tiempo yo miraba el pasillo para ver si llegaba Sandro porque mi tía estaba tan distraída con la película que no se iba a dar cuenta. Entonces yo pensé en avisarle.
Después de mucho tiempo prendieron las luces y ahí
me di cuenta que casi todos eran como la tía, mujeres.
Salimos, mi tía seguía suspirando y dijo:
-¿No estuvo divino?
Yo no sabía que decir, pero, después me animé y pregunté:
-Tía, ¿Dónde estaba Sandro?
- Estaba en la película, me dijo, ¿no lo viste?
Yo no lo vi y no pude entender porque se tenía que “preparar” para sentarse a suspirar y gritar frente a una pantalla si en casa hacía lo mismo.